Los analistas empeoran su previsión de 2023 y se acercan a una recesión técnica

Los analistas empeoran su previsión de 2023 y se acercan a una recesión técnica

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  • EN LOS PRÓXIMOS TRIMESTRES/ Se acumulan las revisiones a la baja para el crecimiento de España, con advertencias de nuevas rebajas en función de los precios energéticos. El turismo y los fondos europeos mejoran el escenario.

Carlos Polanco. Madrid

Mientras la mayoría de las grandes potencias mundiales volvieron a ostentar su peso económico de 2019 durante el pasado año, tras el profundo socavón causado por el Covid, España se encuentra todavía en el camino de la recuperación. Y, aunque las previsiones más optimistas ya indicaban que tampoco sería este año en el que volviera al volumen prepandemia, la revisión de estas previsiones, que en las últimas semanas han marcado una tendencia a la baja, se alejan aún más de la senda de crecimiento marcada antes de la irrupción mundial del Covid.

Ayer, Funcas y Mapfre Economics ahondaron en esta rebaja de previsiones, que hasta la fecha ya habían realizado la Comisión Europea, la OCDE o el Banco de España, entre otros organismos. Mientras que la Fundación de las Cajas de Ahorros cree que la economía crecerá un 4,2% en 2022 y un 2% en 2023, los analistas de Mapfre sitúan el crecimiento en el 4,1% y el 2,4%, respectivamente. Eso sí, este último contempla un escenario mucho más sombrío, en el que en 2023 el PIB perdería un 2,5%.

Funcas mantiene así su previsión para este año, pero realiza una fuerte moderación para el año que viene, de 1,3 puntos porcentuales, respecto al anterior pronóstico que había realizado. No solo eso, sino que el último trimestre de este año el crecimiento se quedará en el 0%. “Estaríamos rozando la recesión”, aseguró Raymond Torres, director de coyuntura económica de Funcas. Esto siempre y cuando se cumpla la hipótesis “de unos precios energéticos al alza hasta la próxima primavera antes de estabilizarse”, como explica el informe que recoge las previsiones. En caso de que los precios energéticos sufrieran un encarecimiento mayor del esperado, la economía entraría en crecimiento negativo en la última parte del año.

Por ello, el ente señala que la inflación se situará en el 8,8% en 2022 y en el 5% en 2023. Las previsiones de Funcas superan a las realizadas la semana pasada por la Comisión Europea, no tanto para este año, en el que es 0,7 puntos porcentuales superior, sino sobre todo en 2023, con 1,5 puntos por encima. “Las opciones de los gobiernos para reducir la inflación son muy limitadas”, reconoció el director general de Funcas, Carlos Ocaña, pero “la política monetaria tiene la misión de no agravar las consecuencias del alza de precios”.

Por parte de Mapfre Economics, el “escenario estresado” que dibuja, con una caída del 2,5%, se cumpliría si “el conflicto bélico se cristaliza, extendiéndose más allá de 2022, con mayores sanciones o recortes de suministro por el frente ruso, con tasas de inflación más persistentes y con una respuesta monetaria restrictiva más enérgica”.

Cabe recordar que la semana pasada BBVA Research ya contemplaba la posibilidad de una recesión, que en este caso sucedería en el último trimestre del año y el primero del que viene. En cualquier caso, sería una zambullida corta y poco profunda en el crecimiento negativo: un retroceso del 0,3% en los tres últimos meses del año y del 0,2% en los tres primeros de 2023 para volver a terreno positivo en el segundo trimestre.

Con todas estas instituciones coincidiendo en el deterioro económico, ¿qué es lo que sujetará la economía española este año? La respuesta a la pregunta también es coincidente. Por un lado, el inicio de la temporada turística está demostrando que el sector puede reverdecer laureles más rápido que la totalidad de la actividad económica. Las patronales turísticas ya avisan de la práctica recuperación del PIB, al tiempo que la proyección en el número de visitantes también apunta a un cómputo alto a final de año. Por el otro lado, los fondos europeos también están ayudando a impulsar la actividad. Sin estos dos condicionantes, el shock energético intensificado por la guerra de Ucrania y que es responsable de buena parte de la inflación, que superó en junio el 10% en su peor dato en 37 años, no encontraría ningún contrapeso.

Con respecto a las medidas del Gobierno para combatir la inflación, Torres opinó que las anunciadas durante el Debate sobre el estado de la Nación tendrán un alcance limitado porque no abordan esta cuestión, mientras que la influencia de la bonificación a los carburantes es “puntual” y en ningún caso “adaptada a un perturbación alargada de los precios energéticos”, como la que estamos viviendo.

  • Expansión
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