Ideal
- Los profesionales del sector miran a 2021 con esperanza mientras consideran importante que se reactive la inversión en obra pública
El colectivo dedicado a actividades inmobiliarias y de construcción en Granada acabó el año conteniendo un respiro de alivio. Los datos, qué duda cabe, son malos, como señalan también desde el propio sector. Pero la caída es leve y la sensación general es que un descenso era inevitable a causa sobre todo de las cifras de los meses de confinamiento domiciliario durante la primera ola. Pese a todo, los datos de los últimos meses de 2020 constatan que se ha podido capear el temporal y permiten incluso mirar al año que ya ha empezado con una cierta confianza en la recuperación.
En concreto, durante el año pasado cambiaron de propiedad en la provincia un total de 17.313 viviendas; de ellas, 9.272 se produjeron en una compraventa. La cifra total supone un descenso del 15% sobre las 20.387 de 2019. Además, en el caso de Granada no se ha producido el repunte de herencias tan significativo que se ha registrado en otros lugares de España, ya que incluso estas descendieron en un 7,6% con respecto al período previo pese al repunte de la mortalidad que ha provocado el coronavirus; un hecho que los expertos del sector achacan a que muchas de ellas todavía no habrá terminado de tramitarse por los ritmos administrativos y aún no cuentan en las estadísticas oficiales.
La única excepción a las caídas, que son generalizadas se mire donde se mire en lo que respecta a las viviendas, y sin importar en exceso que sean nuevas o de segunda mano, son los solares para nueva edificación, cuya compraventa sí sufrió un repunte durante 2020, de acuerdo con los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2020 hubo un total de 2.401 transacciones inmobiliarias cuyo objeto fue un solar en terreno denominado como urbano, que suponen un aumento de 9,9 puntos porcentuales sobre las 2.185 del año anterior; una excepción que da una idea de por dónde podría empezar a moverse en el medio plazo un panorama marcado de manera indeleble, al menos de momento, por el desarrollo de la pandemia.
Como retroceder dos años
Francisco Martínez-Cañavate, secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada (ACP), señala que la construcción y el mercado de la vivienda, «como un engranaje más de la economía granadina», ha sufrido por la situación de crisis sanitaria, ya que las cifras suponen «un retroceso de casi dos años en el volumen de actividad». Pese a todo, reconoce que se ha podido «capear el temporal» a partir del final del confinamiento domiciliario duro de la primera ola. Una impresión que comparte Ferrán Font, del departamento de estudios del portal Pisos.com, que incluso afirma que se puede confiar en una etapa de «recuperación» durante 2021.
Martínez-Cañavate es más cauto en este sentido y afirma que hay todavía una «incertidumbre» sobre cómo irá el proceso de vacunación y cuándo se podrá empezar a volver a una normalidad que ya casi nadie recuerda. Pese a todo, señala que el sector ya cuenta con un volumen de negocio en marcha para este año y que no ha habido un gran ‘shock’ ya que «no ha habido rescisiones de contratos». Es decir, que quienes compraron han podido también aguantar sin tener que dejar de pagar, lo que apunta a un mercado más saneado y estable que el que precedió a la crisis de 2008.
Pese a todo, el secretario general señala que uno de los focos importantes de crecimiento posible está en la inversión desde las administraciones, cuyo parón durante la pandemia ha podido llegar a provocar, según sus cálculos, la pérdida de unos 5.000 empleos. «La inversión pública es un motor económico en sí misma y revierte con creces sobre la ciudad», mientras apunta asimismo a un déficit de infraestructuras al que Granada tiene que hacer falta. «Incluso todo lo que sea rehabilitación de vivienda antigua también va a ayudar», asegura Martínez-Cañavate de un sector que mantiene un cierto optimismo pese a todo porque «se ha sobrepuesto a golpes peores».