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El Colegio de Arquitectos de Sevilla y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla han formalizado un escrito conjunto, en el que solicitan a la Consejería de Cultura y Patrimonio histórico que la estación ferroviaria de Santa Justa, diseñada por los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz y que el pasado mes de mayo cumplía 30 años de servicio, sea protegida como bien de interés cultural (BIC).
La propuesta de inscripción de la estación de Santa Justa como BIC promovida por el Colegio de Arquitectos y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura goza del respaldo del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) y la Fundación Docomomo, creada en torno al movimiento arquitectónico moderno.
El Colegio de Arquitectos y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura exponen que Santa Justa constituye «uno de los exponentes más importantes de la arquitectura contemporánea sevillana, recibiendo el Premio Nacional de Arquitectura en 1993», y siendo además «la obra más emblemática realizada en el contexto de la Expo 92».
«Hito revolucionario a escala metropolitana»
En el plano urbanístico, su construcción supuso «la ordenación y apertura de una parte de la ciudad dividida, hasta el soterramiento de gran parte de las vías, por las barreras ferroviarias, marcando un hito revolucionario a escala metropolitana» de Sevilla.
En paralelo, estas entidades detallan que el recinto figura en el catálogo periférico del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2006, si bien la ficha de su edificio «ha sido modificada recientemente siguiendo el procedimiento abreviado» regulado en dicho planeamiento, «y se ha eliminado parte del ámbito que estaba protegido, liberando dos franjas de suelo a ambos lados de las naves de los andenes y eliminándose (de la ficha) el entorno» de la estación, «una cuestión que desde el patrimonio hace décadas que es imprescindible a la hora de abordar la comprensión de un edificio y su protección».
«Sin esta protección del entorno, distintas actuaciones que se están tramitando en su entorno inmediato, como el plan especial» de la ampliación del tranvía y otras «pueden afectar las principales características de este edificio emblemático y desvirtuar la gran puerta de entrada a Sevilla», exponen el Colegio de Arquitectos y la Escuela Técnica Superior de Arquitectura.
«Proteger la visuales»
«Se deben respetar los parámetros que los autores definieron para proteger las visuales y la percepción que se tienen del edificio tanto del viajero que se acerca desde el exterior, como del visitante que llega en tren», defienden ambas instituciones, apostando por una declaración de BIC para el recinto y su entorno.
En este punto, reclaman «una normativa del entorno inmediato de la estación que incluya una regulación de materiales, diseño de fachadas o tratamiento de visuales, de forma que se garantice su correcta protección».