Andalucía Económica
Una vez finalizado 2017, es el momento de hacer balance de lo acontecido y establecer los nuevos objetivos de cara a 2018.
Analizando lo ocurrido en el año que acaba de terminar, no podemos sino certificar que 2017 tampoco ha sido un buen año para el sector. Prácticamente llevamos una década con volúmenes de inversión cada vez más reducidos, hasta llegar a 2016, año en que la cifra de adjudicación de obra pública ha sido la más baja, con poco más de 700 millones de euros adjudicados.
En 2017 notamos un tímido repunte en el volumen de obras adjudicadas, pero las inversiones fueron insuficientes, a pesar de los mensajes y las expectativas generadas. Aunque sí es cierto que vemos con alegría cómo el sector privado, sobre todo en lo que a obra residencial se refiere, retoma su actividad, se vuelven a ver grúas en el cielo de muchas ciudades y pueblos. Lo que entendemos como una señal que anuncia el impulso que necesita la obra pública.
La realidad es que estas cifras aún se alejan de los 2.800 millones de euros anuales que necesitaría la obra pública en nuestra región para asegurar la supervivencia. Si viéramos reflejadas estas cifras en los presupuestos, entonces si estaríamos hablando de políticas y medidas de carácter social, porque invirtiendo en obra pública invertimos en puestos de trabajo y en la construcción y mantenimiento de infraestructuras públicas y vitales como centros de salud, educativos, carreteras, etc.
La sociedad necesita de sus infraestructuras para desarrollarse. Éstas son pilares fundamentales para la sostenibilidad de nuestro modelo productivo, económico y social. Y si no se crean nuevas, no avanzaremos como sociedad; y si tampoco se mantiene el patrimonio que hemos construido ¿de qué valdrán las inversiones y el esfuerzo que en su día dedicamos a construirlo? Es necesario y prioritario la rehabilitación y conservación de las infraestructuras existentes. Y Andalucía sigue teniendo pendiente acometer actuaciones como el Plan de Depuración y Saneamiento, el Corredor Mediterráneo de ferrocarril, la rehabilitación del parque público de vivienda o el refuerzo de firrme en muchos puntos de nuestra red de carreteras. Somos una comunidad extensa, con gran riqueza natural, que necesita de unas comunicaciones al nivel de excelencia para poder seguir desarrollándose y converger con el resto de España y Europa. Solo tenemos que convencer a las administraciones públicas de que invertir en infraestructuras es la mejor inversión de carácter social, o al menos la más completa porque esto significaría: Aumentar las cifras de empleo, lo que disminuye el gasto en subsidios, desarrollar y fortalecer el tejido empresarial, o mejorar nuestra red de comunicaciones, lo que nos hace más permeables y accesibles, y consecuentemente esto tiene reflejo en otros sectores de nuestra economía: agricultura, minería, turismo, industria, etc.
Es necesario que todos los actores implicados colaboremos con una adecuada planificación. Por nuestra parte, Ceacop y sus empresas continuarán en su línea de trabajo, serio y riguroso, como han demostrado a lo largo de su trayectoria, para conseguir hacer de Andalucía una región atractiva para vivir, trabajar e invertir.
