- La Diócesis ha puesto en marcha una campaña para que los ciudadanos puedan colaborar en la financiación del proyecto, que pondrá fin a las filtraciones en las bóvedas del templo
Las obras de la nueva cubierta de la Catedral de Málaga arrancarán después de la Semana Santa de 2023. Es la previsión de la Diócesis y el equipo de arquitectos al frente del monumental proyecto, que ya tiene asegurados 12,5 de los 17 millones de euros que costará financiar los trabajos en el templo.
La esperada intervención pondrá fin a las filtraciones que vienen afectando al edificio prácticamente desde el inicio de su construcción hace casi 500 años. La paralización de las obras en 1782 no solo dejó sin concluir la torre sur del templo -una de sus principales señas de identidad-, también las bóvedas quedaron al descubierto al no construirse la cubierta a dos aguas que Ventura Rodríguez dejara plasmada en su proyecto original.
El resultado de aquella obra inconclusa es un templo cuyas bóvedas se resquebrajan, perjudicando no solo a la estructura, sino a la valiosa decoración del interior de la basílica, donde desde hace años unas redes protegen a los fieles y turistas de posibles desprendimientos.
La urgencia por salvaguardar el principal y más visitado monumento de la capital ha calado en el conjunto de Administraciones públicas, que no solo han acelerado el avance del proyecto, también han contribuido con aportaciones millonarias para las obras.
La mayor cuantía confirmada hasta la fecha es la de la Junta de Andalucía, que va a aportar 5,3 millones de euros. A ello se sumarán otros 3,5 millones adelantados por la Diputación Provincial y el millón a cuenta del Ayuntamiento de Málaga, que en el futuro podría ampliar su contribución. Falta por conocer la cifra en la que se concretará la aportación del Gobierno central, cuyo ministro de Cultura, Miquel Iceta, mostró el pasado 17 de noviembre en una visita a la capital la voluntad de colaborar en la financiación.
Además de estas aportaciones, el Obispado ha solicitado un préstamo inicial de 3 millones de euros, según ha confirmado este viernes el deán de la Catedral, José Manuel Ferrary. Con estas cifras sobre la mesa, las obras cuentan ya con 12,5 de los 17 millones necesarios para su ejecución. Para continuar avanzando hacia el objetivo, la Diócesis ha puesto en marcha una novedosa campaña de recaudación para que los malagueños y todo aquel que quiera colaborar pueda hacerlo.
«Es un llamamiento a toda la Málaga de a pie a colaborar y poner el granito de arena que pueda poner cada cual», ha indicado el deán, que espera que el proyecto cuente también con el respaldo económico de los empresarios locales y de las fundaciones bancarias.
Para esta campaña de donativos ciudadanos se han abierto cinco cuentas en cinco entidades diferentes y dos números (06397 y 06437) con los que poder hacer aportaciones mediante Bizum. Además, se ha abierto un apartado específico a través de la página web www.donoamiiglesia.es para realizar el donativo, donde se proporciona un enlace para consultar los beneficios fiscales ante Hacienda y rellenar los formularios.
«Tenemos que entender que hay que salvaguardar nuestro patrimonio. La catedral es un templo en el que se realiza lo propio de la liturgia de la Iglesia, pero también otras actividades que van en consonancia con este templo, principalmente culturales», ha explicado Manuel Ferrary durante la presentación, en la que ha estado acompañado por el arquitecto Juan Manuel Sánchez La Chica.
Ambos han mostrado su deseo de que la licitación esté lista antes de finalizar el año y poder dar el «pistoletazo de salida» a la obra en el segundo trimestre de 2023, previsiblemente después de la Semana Santa. Los trabajos se prolongarán al menos durante 30 meses, aunque la previsión es que se desarrollen desde la parte sur del edificio, en la calle Postigo de los Abades, para dejar libre el acceso habitual del Patio de los Naranjos y no entorpecer la actividad litúrgica y turística en el templo.
Sí se suspenderán, en cambio, las actuales visitas a las cubiertas, que es otro de los atractivos que pretenden mejorarse con la reforma. Si bien, se está estudiando la posibilidad de organizar recorridos puntuales para que los ciudadanos pueden ver el avance de las obras.
«La visita se conservará y enriquecerá. Vamos a tener el paseo exterior perimetral en el que disfrutar del propio templo y de su ubicación en la ciudad y por otro lado las bóvedas y esa armadura de madera donde vamos disponer de un espacio, no solo para el disfrute de ese patrimonio, sino para la explicación de la historia de la construcción», ha subrayado Sánchez La Chica.
El proyecto
Si todo sale según lo previsto, a finales de 2025 o comienzos de 2026 la Catedral podría afrontar otros cinco siglos de historia con la seguridad de que las filtraciones no serán un problema. Los arquitectos a cargo del proyecto han tomaron como referencia el modelo que ya dejó plasmado sobre papel en 1754 Ventura Rodríguez , autor -entre muchas otras obras- del palacio de Liria propiedad de la Casa de Alba o las fuentes de Cibeles y Neptuno en Madrid.
«No partimos desde cero. Tenemos esa gran suerte de dejarnos guiar por la historia», ha apuntado Juan Manuel Sánchez La Chica, «todos los maestros de obra que han trabajado en la Catedral han llegado con sus ideas propias, pero sobre todo han seguido un rumbo muy claro que se estableció desde el inicio y nosotros seguimos con esa continuidad, pero actualizando a la tecnología de hoy en día y a la funcionalidad».
El primer paso de las obras será la retirada de la capa de plomo y ladrillos que recubre el exterior de las bóvedas. Una solución instalada hace 15 años sobre la piedra original que resultó fallida, agrietándose y abriéndole de nuevo el paso a las goteras.
En los más de 250 planos y y 2.000 páginas del proyecto, se incluye la instalación de un tejado a dos aguas, que contará con una estructura de madera laminada y acero que podrá visitarse tanto por el interior como por el exterior. Sobre esta se colocará un recubrimiento de tejas de cerámica vidriada en dos tonos: miel y crema, con la intención de homogeneizar la techumbre del templo con las cubiertas tanto del Palacio Episcopal como de la iglesia del Sagrario, que forma parte del recinto catedralicio.
Del mismo modo, se intervendrá sobre las cúpulas de la nave y la girola, en las cubiertas intermedias ubicadas sobre las capillas del templo y en todo el sistema de bajantes. Aunque se van a utilizar los materiales que mejor hermanan con la fábrica de la Catedral, la solución es la más ligera posible, tal y como ya avanzaron los arquitectos. Además, el proyecto se valdrá de recubrimientos ignífugos y con dispositivos de última generación en la prevención, detección y extinción de incendios . Una medida que tranquiliza teniendo en cuenta cómo el fuego destruyó la aguja y el tejado de la Catedral de Notre Dame de París en abril de 2019.
- Abc