- Las instituciones pretenden sacar a concurso los proyectos antes de final de mes para impulsar las obras; en torno a 11 meses, tiempo estimado para adecentar el Ciudad de Málaga
La credibilidad del proyecto para que Málaga sea sede del Mundial 2030 se encuentra en horas bajas. La polémica con el aforo reducido del estadio de atletismo, que se intenta arreglar a marchas forzadas con alguna puya pública entre instituciones, es un síntoma más que transmite una sensación de provisionalidad. Desde las tres propietarias, con el Ayuntamiento liderando, se intenta transmitir que hay un plan y que, aunque justos, los plazos salen. Pero el margen de error es mínimo.
Se necesitan hechos concretos y palpables. La aprobación del convenio el pasado viernes con esa cifra mínima de 12.500 espectadores para el Ciudad de Málaga responde también a un intento de acelerar los tiempos porque urge. Hay también un vector económico. Cimentar y pilotar un terreno complicado es muy costoso. No es lo mismo preparar el terreno para 5.500 gradas supletorias que para 18.000. La inversión se dispara. Hay ocho millones de euros contemplados en el convenio para el estadio Ciudad de Málaga. Se calculaba casi el doble de partida. La reacción popular no ha dejado atisbos de duda.
Según pudo pulsar este periódico entre personas cercanas, este mes de julio es considerado esencial para dar un impulso y recuperar algo de esa credibilidad. En las instituciones hay técnicos que entienden que es complicadísimo cumplir con los plazos, pero es el alcalde De la Torre quien arrastra al resto porque entiende que es una oportunidad única para regenerar la zona y contar con un estadio moderno y multifuncional.
¿A qué precio? ¿Se está aún en tiempo? Son preguntas que flotan. Julio es una frontera, se pretende licitar el proyecto para la construcción de la nueva Rosaleda antes de que acabe el mes. Se sostiene que se tiene el concurso preparado, el pliego y todo el proceso previo. Hasta las instituciones han llegado consultas de muchas constructoras, muy potentes, interesadas en ejecutar una obra golosa. Después hay que elegir proyecto. Para todo el tema burocrático se invierten nueve millones de euros en un project management que acelere. Pero hasta bien entrado 2026 no es probable un inicio de los trabajos.
Otro asunto es el Ciudad de Málaga. El plazo previsto para la ejecución obra de adecentamiento y ensamblaje de las gradas supletorias que permitirían llegar hasta los 25.000 o 26.000 se cifra en torno a 11 meses. Los plazos para llegar a punto para agosto de 2026, cuando debería comenzar el Málaga a jugar allí, no pueden ser más ajustados, así que, de concretarse con la cantidad deseada de espectadores, podría obligar a comenzar la liga siguiente con varios partidos fuera, algo que Madrid o Barcelona han hecho, o incluso en otra ciudad, Era también una variable de los 12.500 espectadores. Permitiría reducir el tiempo de los trabajos. El perjuicio económico en el Málaga sería compensado por las insitituciones, pero hay muchos daños colaterales más.
Es la situación ahora mismo para la candidatura del Málaga. La fe del alcalde tira, pero el agua va llegando ya al pecho. Las próximas semanas son claves para verificar la viabilidad de que Málaga pueda ser sede del Mundial 2030, tan aparentemente lejos pero tan cerca.
- Málaga Hoy