- El tejado está completo en la parte central, en la parte barroca, y ha concluido la impermeabilización de las terrazas intermedias. La roca escogida para la crestería proviene de una cantera de Alicante
A mediados del pasado abril se cumplió un año del izado de la viga de madera que dio por iniciadas, de forma simbólica, la gran obra que protegerá a la cubierta de la Catedral de Málaga de la lluvia y las filtraciones.
El avance de los trabajos desde entonces deja ver ya cómo será ese tejado a dos aguas, siguiendo el proyecto que Ventura Rodríguez diseñó en 1764, que cubrirá las cúpulas del templo y las aislará de las inclemencias climáticas.
En concreto, ya está completa la estructura del tejado en su parte central, esto es, la nave barroca por lo que la obra se acerca hacia un momento «bonito» ya que comienza el ensamblaje de la estructura que se ubica sobre el crucero. En este punto hay una pequeña variación en la estructura, debido a que esta se apoya sobre vigas de gran canto de madera y no sobre andenes como se ha hecho hasta ahora, según explica a este periódico el arquitecto responsable de la intervención, Juan Manuel Sánchez La Chica.
Por otro lado, también han concluido las labores de impermeabilización de las terrazas intermedias, por lo que están arrancando las tareas de albañilería.
Crestería
Otro hito importante para esta gran obra en el primer templo de Málaga se da en el frontal de la plaza del Obispo. Hay que recordar que en agosto del año pasado, la Gerencia de Urbanismo autorizó, con el visto bueno de la Consejería de Cultura, una ampliación de la licencia de obras que, entre otros aspectos técnicos, permitía completar la fachada principal de la Encarnación.
Lo que se va a terminar es la crestería que remata la fachada, una suerte de barandilla ornamental que se encuentra inacabada, además de la restauración del pórtico, siguiendo el proyecto del arquitecto malagueño Antonio Ramos, que data de finales del siglo XVIII.
El avance atañe precisamente al material que se empleará en los trabajos, es decir, la piedra con la que se construirá, para lo que Sánchez La Chica asegura que emprendieron toda una peregrinación por las canteras españolas en busca de la roca más óptima para tal empresa.
Finalmente esta se encontró en una cantera de Alicante, en concreto en Bateig, una empresa con casi 150 años de trayectoria.
Asegura el arquitecto que este tipo de piedra es la más parecida al carácter cromático del templo aunque no se mimetizará del todo hasta que no pase un tiempo y la roca experimente su proceso natural de envejecimiento. A lo largo de los diversos períodos constructivos de la Encarnación se han empleado rocas de diferentes canteras, siendo la más reciente un tipo procedente de una cantera de Almayate que ya se está agotando, por lo que se optó por el modelo de Alicante, señala Sánchez La Chica.
Con la piedra ya en poder del equipo de arquitectura, ahora se está construyendo una especie de «artilugio» metálico que se empleará para colocar la roca con mayor precisión que la que ofrece la gran grúa instalada en Postigo de los Abades.
Con respecto al desarrollo de las obras, el arquitecto asegura que están «contentos» aunque reconoce que hay cierto retraso en los plazos. Esto se debe, asegura, a la complejidad de la obra, que no tiene precedentes y sobre la que se va aprendiendo sobre la marcha, por lo que esperan acelerar los procesos conforme vayan avanzando los trabajos.
- La Opinión de Málaga