La OCDE sitúa a España a la cabeza de la recuperación global con un alza del 6,8%

La OCDE sitúa a España a la cabeza de la recuperación global con un alza del 6,8%

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FUERTE MEJORA / El club de los países desarrollados eleva en nueve décimas la previsión de crecimiento para 2021 y prevé que la economía española siga liderando el alza del PIB en 2022 con un avance del 6,6%, solo por detrás de la India.

J. Díaz. Madrid

Cuanto más pronunciada sea la caída, más intenso debería ser el rebote. Aunque esta máxima no siempre se cumple, España está escribiendo el guion de una recuperación más vigorosa de lo que se preveía hace tan solo unos meses tras el desplome del 10,8% sufrido en 2020, el mayor de la OCDE y el G20. Y lo está haciendo, además, a contrapié de muchas de las grandes economías mundiales, que se están viendo obligadas a levantar el pie del acelerador por la irrupción de las nuevas variantes del Covid y los cuellos de botella que las medidas impuestas en algunos países para contener esas olas están provocando en las cadenas de suministro. En este contexto, en el que parte del mundo frena, España coge cada vez más impulso, hasta el punto de que la OCDE situó ayer a la economía española en el bloque líder de la recuperación global. En su informe intermedio de perspectivas económicas, el denominado club de los países ricos disparó hasta el 6,8% la previsión de crecimiento para España en 2021, nueve décimas más que en su documento anterior, de mayo.

Un salto cuantitativo de grandes proporciones que la OCDE atribuyó al alto nivel de vacunación alcanzado en nuestro país, donde cerca del 90% de la población ha recibido ya al menos una dosis (más del 75% cuenta ya con la pauta completa), el porcentaje más alto del G20, y a la llegada del maná europeo, del que España será, junto a Italia, uno de los grandes beneficiarios. Todo ello en un contexto en el que la reapertura de la economía ha permitido una recuperación más rápida de lo previsto del empleo, la inversión y el consumo, que están compensando, gracias a la fuerte aportación de la demanda doméstica, la ausencia del turismo extranjero. “La recuperación ha llegado antes de lo que esperábamos”, señaló ayer la economista de la OCDE Müge Adalet McGowan.

Una recuperación que, además, no será flor de un día, o de un año. De hecho, la Organización ha revisado también al alza el pronóstico de crecimiento para 2022, que ayer situó en el 6,6%, tres décimas más que en el informe de mayo. Esto es, España seguirá el año que viene al frente del crecimiento mundial, solo por detrás de la India, cuya economía crecerá un 7,9%.

Las más optimistas

Los vaticinios de la OCDE sobre España son hasta la fecha los más optimistas entre los grandes organismos nacionales e internacionales, incluido el Gobierno español, que ayer mantuvo por “prudencia” su estimación de PIB en el 6,5% para 2021 (ver información en página 30), mientras que el Banco de España elevó en una décima, hasta el 6,3%, su pronóstico para el ejercicio por la inercia alcista que ha adquirido la economía doméstica (ver información en página 29). También superan con creces las estimaciones más recientes de la Comisión Europea y el FMI, que en julio pasado auguraron un alza del PIB español del 6,2%.

Estos pronósticos cobran especial relevancia si se tiene en cuenta que la OCDE ha revisado ligeramente a la baja el crecimiento mundial, hasta el 5,7% este año frente al 5,8% estimado en junio. Y otro tanto ha hecho con las poderosas economías del G20 (grupo al que España no pertenece pero sí es su invitado permanente), que en 2021 crecerán en conjunto un 6,1%, dos décimas menos de lo proyectado en mayo. Todo ello en el contexto de una recuperación sólida pero desigual, en la que aún persisten amplias brechas de vacunación, producción y empleo en muchos países, especialmente los emergentes.

La brújula de la OCDE apunta en dirección contraria en el caso de la UE, donde ha revisado al alza de forma considerable las perspectivas de crecimiento del bloque del euro. Así, ha mejorado en un punto porcentual la proyección de crecimiento del PIB de la eurozona este año, hasta situarla en el 5,3%, gracias, precisamente, al tirón de economías como la española; la italiana, que, según la OCDE, crecerá un 5,9% en 2021, un esprint considerable respecto al 4,5% vaticinado hace unos meses, y Francia, que lo hará un 6,3%, tres décimas más que lo previsto en mayo. Al otro lado de la balanza se encuentra Alemania.

Alemania, revisión a la baja

La OCDE ha empeorado sus pronósticos para la gran locomotora europea, cuya potente industria manufacturera se está viendo lastrada por las disrupciones en la cadena de suministros. Así, prevé que el PIB alemán crezca este año un 2,9%, cuatro décimas menos de lo estimado meses atrás.

La revisión a la baja del crecimiento global tiene en Estados Unidos su gran epicentro. Aunque la primera economía del planeta seguirá creciendo a tasas muy relevantes, sus expectativas se han ido desinflando con el paso de los meses ante la inminente reducción de las políticas de estímulo, el zarpazo de la variante Delta en el país y el impacto de la elevada inflación (por encima del 5%) en el consumo. Con estos mimbres, la OCDE recortó ayer en nueve décimas la previsión de PIB de Estados Unidos para 2021, hasta el 6%, aunque mejoró en tres décimas la de 2022, que situó en el 3,9%.

En este contexto, la pregunta del millón es si España podrá mantener este fuerte ritmo de pedaleo en un escenario en el que algunos de sus principales socios comerciales y mercados turísticos están frenando. La OCDE cree que sí, al menos este ejercicio y el que viene.

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