Estas patologías se determinaron en una inspección que se realizó en el centro tras el paso de la borrasca Nelson, en la Semana Santa de 2024. El objetivo marcado entonces por el Vicerrectorado de Infraestructuras era comenzar las obras en este mismo 2025. Ahora se ha sacado la licitación de las mismas y se prevé que, una vez que comiencen los trabajos, estos se prolongarán al menos 18 meses, con un coste de 2,09 millones de euros. Este dinero saldrá de fondos propios de la Universidad, según se señalaba en el Plan de Necesidades en Infraestructuras elaborado por la institución para los años 2025 a 2029.
El Padre Suárez, el primer patio de la Facultad según se entra por la Plaza de la Universidad, será consolidado para evitar el “riesgo de vuelco y colapso por desplome y sobreesfuerzo”. Para ello se aligerarán las cargas y se consolidarán los muros y bóvedas, además de instalar una nueva estructura metálica de estabilización que quedará oculta tras yeso. También se hará un retejado en esta zona, entre otras actuaciones previstas en el pliego de la licitación.
Por otra parte, en el Patio Hinojosa se sustituirán las escuadrías y se hará un forjado mixto con madera y hormigón. Se consolidará también el techo del aula 10 y se cambiará la solería de Derecho Eclesiástico y el pasillo previo. Todo el trabajo previsto se desarrollará a la par que se continúa con las clases en el centro universitario.
La Facultad se encuentra en pleno centro de la ciudad. Cuenta con tres patios alrededor de los que se reparten aulas y departamentos. La Biblioteca está en la calle Duquesa, en el inmueble que hace años era la Delegación de Educación.
Cuatro siglos
El Colegio San Pablo fue construido por los jesuitas en el XVI. En el XVIII la Compañía fue expulsada y sus bienes confiscados. En el caso del Colegio, se determinó que fuera sede de la Universidad Literaria. Cuenta con catalogación BIC por estar en la zona de la parroquia de los Santos Justo y Pastor.
En el XIX el inmueble fue cuartel militar. Tras su desalojo en 1871 se acometió una nueva reforma para acoger facultades, las de Ciencias, Farmacia, Derecho y Filosofía. Estas obras terminaron en 1886. Los trabajos incluyeron que el edificio tuviera las últimas innovaciones: pararrayos, timbres eléctricos y servicio telefónico, “tecnología punta para su época”, afirma la memoria de la licitación.
Posteriormente fue sede del Rectorado, de los Servicios Centrales y la Biblioteca General. Actualmente es sede de Derecho, centro en el que estudian unos 4.000 universitarios.