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La última sorpresa arqueológica aparecida en Córdoba podría estar en el Alcázar de los Reyes Cristianos. Las obras de restauración del muro sur, que forman parte de un ambicioso plan de intervención en el monumento, han destapado de forma imprevista los restos del edificio que estaba en el lugar antes. No hay conclusiones, pero podría ser de la fortaleza árabe sobre la que se levantó el edificio actual, ya en época cristiana.
Así se recoge en el informe técnico que han elaborado el jefe de la Oficina de Arqueología de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Córdoba, Juan Murillo, y la arquitecto del Servicio de Proyectos del organismo, Carmen Chacón, sobre la solicitud realizada por la empresa Serrot de ampliar el plazo para terminar las obras.
Uno de los dos motivos, según este texto, que este lunes pasó por la Junta de Gobierno Local, es que junto a la portada barroca (la que da al Guadalquivir y a la avenida del Alcázar), «tras la eliminación de los revestimientos del edificio prevista en el proyecto, se han descubierto elementos originales del primitivo edificio».
Según el mismo informe, son hallazgos «de gran interés histórico, arqueológico y patrimonial que se encontraban ocultos tras revestimientos de ladrillo», y que «aportan una información que es imprescindible analizar y estudiar dada su complejidad para poder completar y definir la solución proyectual definitiva de este punto».
La necesidad de estudiar lo encontrado es una de las que justifican ampliar el plazo para concluir la obra, que concedió la Junta de Gobierno Local. Así, los trabajos, que comenzaron a mediados de febrero no terminarán en octubre, cuando se cumplían los ocho meses, sino en diciembre.
Juan Murillo explicó a ABC que todavía es pronto para ofrecer conclusiones sobre el alcance exacto de los restos que se han encontrado, aunque el informe habla del «edificio anterior». Antes prefiere establecer un método de trabajo y no hacer un análisis aventurado que después la realidad de la investigación tenga que desmentir. Serían «elementos originales previos a la configuración de la portada barroca», que ahora se estudian.
El informe insiste en que los hallazgos no se podían prever ni siquiera después de los trabajos anteriores realizados en otras zonas del Alcázar, como el Patio de las Mujeres, así que procede conceder la ampliación, que también tiene que ver con la larga exposición al sol, que provoca que parte de los materiales se evaporen y que ha hecho que el trabajo tenga que ir algo más despacio.
- Abc
