Córdoba: La Córdoba de los nuevos barrios llega a su límite residencial por Poniente

Córdoba: La Córdoba de los nuevos barrios llega a su límite residencial por Poniente

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Abc

  • Planean el nuevo sector de Huerta de Santa Isabel Oeste, que topa ya con la zona protegida de Medina Azahara

Un grupo de inversores prepara ya el desarrollo del gran nuevo barrio que llegará al límite occidental de Córdoba con el objetivo de disponer la colonización de la mayor parte de los suelos agrarios convertidos en residenciales durante el Plan General de Ordenación Urbana de 2001-2003. Córdoba, por esa parte del mapa, no da para más generando el nuevo barrio más alejado del centro, una enorme pieza de terreno que costará muchos millones urbanizar, dotar de servicios y generar las viviendas. Los cálculos realizados en su día, que se han tenido que actualizar, hablaban de unos 20 millones de euros.

Para situarse en el mapa, en estos momentos se encuentra en fase de edificación la Huerta de Santa Isabel Este, donde Vimcorsa levanta varias promociones, la Junta realiza un centro educativo y existe ya un intenso trabajo de edificación comercial. Para ubicarse en el mapa, ese barrio es toda la zona norte del barrio de Miralbaida. Los nuevos suelos que se pretenden urbanizar, la Huerta de Santa Isabel Oeste, es toda la zona norte de las Palmeras a las que se les ‘colocó’ una barrera natural para separarlos de la zona protegida de Medina Azahara: el cauce del arroyo Cantarranas.
La nueva parte de la ciudad en proceso de conversión en barrrio gestionó lo gordo del planeamiento antes de la gran crisis urbanística generada en 2008. Entonces, se quedó firmado y aprobado en Urbanismo tanto el plan de sectorización que diseñaba el barrio de forma general como el plan parcial y su modificación, que establecía de forma pormenorizada dónde iban las viviendas y dónde los equipamientos y las avenidas. El proyecto, sin embargo, no llegó a ejecutarse dada su dimensión, más de 400.000 metros cuadrados, y su gran distancia a la ciudad consolidada.

Se sabe que el proyecto, que diseñó Luis Giménez Soldevilla, está en marcha porque ya se han dado los primeros pasos para su gestión. Por ejemplo, la junta de compensación de los suelos acaba de firmar el convenio con Emacsa donde se determinan las infraestructuras básicas que se tienen que establecer en la zona cuando arranquen las obras. El acuerdo ha establecido la participación del sector en la construcción de la Arteria de Poniente Norte, la Conexión de Arterias de Poniente, el Colector de Residuales de la Ronda Oeste y el Colector de Pluviales de la Ronda Oeste 2. En total, más de dos millones de euros de los diez millones invertidos en infraestructuras para la zona.

La parte del colector de pluviales es una de las novedades de este plan parcial con respecto a otros de la zona. Con la nueva regulación, todos los nuevos barrios que se construyan a partir de ahora tendrán que contar con un tanque de tormentas soterrado. Consiste en una piscina a la que van a parar las aguas pluviales con el objetivo de reducir la presión que se generaría ante chubascos fuertes y muy concentrados en el sistema tradicional de tuberías. El que se le ha pedido a los promotores de la Huerta de Santa Isabel Oeste tiene una cuarta parte de la capacidad del que Emacsa está realizando en la zona del Balcón del Guadalquivir, en La Ribera.

El proyecto urbanístico de la Huerta de Santa Isabel Oeste tiene una particularidad con respecto a su gemelo en la zona oriental: la arqueología. El gran espacio fue investigado a conciencia por una empresa especializada que encontró los restos de un gran edificio califal. Y la palabra «gran» ha de tomarse al pie de la letra porque es enorme. Se sabe que el edificio está estructurado en torno a varios patios.

El informe que se elevó a Cultura establecía una primera zona de unos diez mil metros cuadrados rodeada por amplios muros, de 1,8 metros de anchura. El complejo se encontró a nivel de arrasamiento aunque los documentos que lo describen aseguran que es una de esas cuestiones que conviene no pasar por alto. De forma anexa, se encontraron restos de un campamento de unos 625 metros cuadrados. Las tesis generalmente aceptadas aseguran que se trata de unas instalaciones militares ligadas a la caballería califal y que estaban directamente conectadas con Medina Azahara.

El proyecto urbanístico no se frenó por la aparición de restos arqueológicos. Urbanismo instó a los promotores a que realizaran una modificación de sus parámetros de forma que el gran edificio califal estuviera en la gran zona verde prevista en el complejo. Como quiera que salieron una serie de restos arqueológicos de diversas épicas, el barrio se montó como un puzzle para que lo que ya ha sido excavado no suponga un problema de desarrollo. Por ejemplo, se estableció que las parcelas tendrían toda la tecnología de transformación eléctrica e instalaciones similares en su zona interior para no generar problemas con lo hallado. Los urbanistas realizaron una especie de puzzle para cuadrar los restos arqueológicos y el desarrollo de actuaciones urbanísticas lucrativas.

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#LaConstrucciónEsParteDeLaSolución

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