Córdoba: Emacsa ultima su mayor reto de ingeniería para tener en Córdoba un Guadalquivir sin vertidos

Córdoba: Emacsa ultima su mayor reto de ingeniería para tener en Córdoba un Guadalquivir sin vertidos

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  • Cierra el proyecto de quince millones para el tanque de tormentas y ultima el pliego para elegir constructora
  • Dinero europeo para una red de cinco depósitos de Emacsa en Córdoba que valen cien millones

LA empresa municipal Emacsa, del Ayuntamiento de Córdoba, ultima os detalles para su gran reto de ingeniería: la madre de todas las piscinas cubiertas. No servirá para bañarse, nadie podrá tomar el sol, pero en esencia el proyecto del tanque de tormentas es eso. Un enorme depósito con un volumen total de 36.000 metros cúbicos de los que 20.000 metros cúbicos serán de almacenamiento efectivo.

Si se tiene en cuenta que una piscina olímpica acapara unos 3.300 metros cúbicos solo hay que hacerse a la idea de poner diez vasos de competición, uno detrás de otro, para hacerse una idea del agujero (con sus correspondiente estructura para sostener el techo) revestido de hormigón que tiene que realizar Emacsa bajo el suelo del Balcón del Guadalquivir.

Costará unos quince millones de euros y las obras tardarán veinte meses en desarrollarse. El pliego y el proyecto se están cerrando para licitarlo en breve.

Cuatro mil metros cuadrados

El tanque de tormentas ocupará a unos cuatro mil metros cuadrados de superficie. La realidad es que la superficie máxima de excavación estará entre los 16 y los 13 metros de profundidad (la zona tiene una cota decreciente). El tanque propiamente dicho tendrá cien metros de largo, cuarenta de ancho y nueve de profundidad. La zona de llenado, sin embargo, se ha calculado sobre los cinco metros de altura. Y todo ello ha de hacerse para que funcione con telecontrol desde un edificio que estará en la superficie.

El tanque, en realidad, no es uno. Se encontrará dividido en tres secciones que se irán llenando en episodios de mucha lluvia. Porque la clave de todo es que el agua de la ciudad no acabe en el Guadalquivir para cumplir con las condiciones de un decreto que se aprobó hace diez años. Esta parte de Córdoba no cuenta con una red de separación entre aguas fluviales y residuales. Todo va por la misma tubería. En condiciones normales, no han de producirse problemas. Los días de intensas precipitaciones el sistema busca aliviar presión y ahí entran en funcionamiento los tres emisarios que aún existen en la zona. Es decir, las desembocaduras del sistema en el cauce del Guadalquivir.

En la zona hidrológica San Lorenzo-Cañero-Recinto Feria, están activos tres puntos de desbordamiento que tienen los números 58, 60 y 61. Se corresponden con el Molino de Martos, el Arroyo Pedroche y El Arenal. Cuando se producen intensas lluvias, el agua busca por dónde salir de la manera que sea y es cuando se producen los episodios de contaminación de los que el Ayuntamiento de Córdoba ya se ha llevado algún susto.

El tanque de tormentas está pensado, precisamente, para eso. Todo el sistema volcará el agua en los tres grandes depósitos que, dotados con compuertas internas, se irán llenando secuencialmente. Eso, según los cálculos de la empresa, debe ayudar a que la presión intensa no sea un problema en momentos de intensísima lluvia. Concluido el episodio de fuertes precipitaciones, el tanque de tormentas está dotado con una estación de bombeo que mandará el agua al colector marginal de Córdoba. Es decir, pasará bajo la Ribera hasta la estación depuradora.

¿Y si se llena del todo?

¿Y qué ocurre si se llena del todo el tanque de tormentas? Como es una posibilidad en el caso de que las cosas se pongan realmente feas, el tanque estará dotado de un sistema de alivio que tendrá una serie de equipos mecánicos que reducirán los «sólidos gruesos y flotantes». Casi mejor es no preguntar qué puede flotar en aguas residuales mezcladas con agua de lluvia. El depósito estará dotado con un mecanismo para evitar el retorno de aguas fluviales al interior del tanque.

Para la creación de una infraestructura de estas características ha sido preciso un estudio geotécnico previo que ha determinado elementos como la estabilidad del terreno o los condicionantes de una estructura que tiene que contener un espacio similar a un campo de fútbol.

Las conducciones internas

La clave del proyecto es que no es solo un cajón enterrado en el suelo. El proyecto ha de incluir una serie de conducciones internas que liguen los colectores de la zona para que, en vez de acabar en el río en situaciones de alta presión, lo hagan en el tanque de tormentas. Y ello va a obligar a realizar conducciones de muchos metros de largo. Entre las conexiones de los tres colectores a los que prestar servicio y la prolongación de los aliviaderos en el cauce del Guadalquivir se van a tender cerca de un kilómetro de conducciones cruzando en algunos casos las calles aledañas para tender toda esa nueva red de tuberías.

Desde el estreno de la serie ‘La Casa de Papel’, ya no hay que explicar cómo es un tanque de tormentas por dentro. La serie rodó en uno las escenas del profesor coordinando el atraco de ficción al Banco de España. Se realizó en un depósito real de los varios que se reparten por Madrid, el de Arroyofresno, que se encuentra bajo el Club de Campo Villa de Madrid. Las especificaciones que aparecen en el plan de Emacsa es que este tipo de infraestructuras han de funcionar de manera muy mecanizada por razones lógicas de seguridad. Pero han de ser accesibles para el personal de Emacsa. Al equipo de diseño se le ha pedido que incluso pueda entrar maquinaria a las tres secciones del depósito cuando haya que realizar una limpieza.

  • Diario Córdoba
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#LaConstrucciónEsParteDeLaSolución

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