- RIESGOS EN EL HORIZONTE/ La vicepresidenta concluye, tras reunir a los expertos del Consejo Asesor de Economía, que el país afronta “un escenario incierto de inflación más alta y durante más tiempo”.
Juande Portillo. Madrid
“Tenemos que trabajar y prepararnos para un escenario de inflación más alta durante más tiempo en un contexto de altísima incertidumbre en el que la evolución de la economía depende de forma significativa de la evolución de la guerra [en Ucrania] y de las tensiones geopolíticas”, alertó ayer la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Así lo expuso la vicepresidenta ante la prensa después de celebrar la octava reunión del Consejo Asesor de Economía, formado por reputados expertos en el ámbito económico e internacional que aconsejan al Ejecutivo, concluyendo que el país afronta por delante varios “trimestres complejos” desde el punto de vista económico.
La responsable económica del Ejecutivo reconoce así que la magnitud y duración de la crisis inflacionista está aún por ver, dejando oficialmente atrás el mantra defendido durante la primavera de que se había “dejado atrás en marzo el pico de la inflación”. Después de todo, la escalada del Índice de Precios al Consumo (IPC) iniciada en febrero de 2021 parecía haber tocado techo en marzo de este año, cuando saltó al 9,8% tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, para moderarse en abril al 8,3%. Desde entonces, sin embargo, el indicador volvió a retomar su senda ascendente, situándose en el 8,8% en mayo y disparándose al 10,2% (su máxima cota en casi 40 años) en junio, según el dato provisional adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un dato que ha encendido las alarmas en el seno del Ejecutivo de coalición, que ayer reunió al grupo de 17 expertos independientes que le asesoran en materia económica y que componen ilustres miembros de AFI, Fedea, Funcas, el Ivie, el Instituto Elcano o Natixis.
Su veredicto es que el país, que aún no ha recuperado los niveles de PIB previos a la irrupción de la pandemia, encara relevantes riesgos en el horizonte. Así, resumió Calviño, si bien “la economía española mantiene un fuerte crecimiento, incluso en este momento de máxima incertidumbre por la guerra de Ucrania, las tensiones geopolíticas, la normalización de las políticas monetarias, los problemas en las cadenas de suministro y la inflación”, existen “factores que pueden condicionar la evolución económica en los próximos trimestres”. En concreto, relató la vicepresidenta, el Consejo Asesor destacó “la evolución de la guerra, de los precios, la normalización de la política monetaria, la evolución del empleo, la inversión, la balanza de pagos y la senda fiscal”. En todo caso, matizó, en la reunión no se llegó a plantear un escenario de recesión.
El problema más acuciante para los españoles analizado por el comité ayer fue, según Calviño, “la situación geopolítica y su impacto en la economía española, en particular por la inflación”. “La guerra nos hace a todos más pobres y es importante garantizar un reparto justo del coste”, defendió, reconociendo que junto a la evolución del coste de la energía, los expertos demostraron “una creciente preocupación por la evolución del precio de los alimentos”. En este punto, la titular de Asuntos Económicos defendió que “España ha movilizado un volumen de recursos sin precedentes para ayudar a familias, empresas, autónomos y trabajadores”, que solo en 2022 equivale al 1% del PIB. Se trata del plan de medidas de choque para paliar la inflación impulsado en abril y recientemente prorrogado, con algunas novedades, hasta final del ejercicio, con iniciativas como la bonificación de los carburantes, la rebaja fiscal de la luz o el límite a la revalorización de los alquileres. El paquete, sostuvo Calviño, está permitiendo “amortiguar o contener el alza de precios en 3,5 puntos porcentuales”. “Las medidas están beneficiando al conjunto de la población, con especial atención a la clase media y los casi cuatro millones de personas vulnerables”, subrayó, aseverando que España es la gran economía de la UE que más recursos ha movilizado para paliar la inflación.
En paralelo, Calviño aseguró que la reforma laboral está permitiendo crear “empleo más estable y de más calidad”, lo que consideró la mejor fórmula para luchar contra la desigualdad. En el ámbito monetario se congratuló de que la gestión del Tesoro esté permitiendo refinanciar la deuda y en el de la inversión, de que el Plan de Recuperación esté sirviendo para inyectar recursos a la innovación y la digitalización mientras se cierran reformas estructurales.
Bajo su punto de vista, la gran asignatura pendiente es la de lograr impulsar un pacto de moderación de rentas y beneficios empresariales que permita “proporcionar confianza y estabilidad a trabajadores y empresas” evitando los temidos efectos de segunda ronda del alza de precios, como un aumento de salarios que acabe provocando una espiral inflacionista. Aunque el Ejecutivo lleva meses presionando a patronal y sindicatos para cerrarlo, el desencuentro entre las partes lo ha hecho imposible. Para tratar de reconducir la situación, Calviño anunció ayer que el Gobierno volverá a reunir a los agentes sociales mañana para “tratar de favorecer un acuerdo” y explorar qué nuevas medidas consideran que debe tomar el Ejecutivo.
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