Cádiz: Comienza la ‘reconstrucción’ del Baluarte del Orejón de Cádiz

Cádiz: Comienza la ‘reconstrucción’ del Baluarte del Orejón de Cádiz

image_pdfimage_print

 

En el Baluarte del Orejón, antiguo Club Marte o, en su más reciente y vibrante vida, Espacio Quiñones, ya no queda rastro del mural dedicado a Gata Cattana, ni de los grandes maceteros que adornaban el patio, ni del edificio con planta superior que, ciertamente, impedía que se alargara la vista caletera. Escombros y arena es lo que queda donde antes hubo música, cine y lecturas. Sin embargo, el árido paisaje que se dibuja actualmente en la parte de las murallas defensivas que protegen a la playa de La Caleta tiene un fin y un sentido, el comienzo de la reconstrucción del conjunto que volverá a tener un uso cultural.

Así, las obras de la segunda fase de rehabilitación del Baluarte del Orejón –ya saben, la primera, en 2015, sólo se ocupó de la nave que hasta ahora ha ocupado la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones– han entrado en la etapa de construcción tras finalizar la demolición del edificio con una primera planta que estaba en desuso, y en estado ruinoso, y de todos los elementos que estorbaban para la remodelación del espacio en uso y del patio, también contemplada en el plan de estas obras que, recordemos, iban a ser financiadas en su 75% con el 1,5% cultural pero que, ante el fracaso del primer pliego de licitación, han terminado por ser asumidas por completo por el Ayuntamiento gaditano.

Unos trabajos que salieron a licitación en mayo del pasado año y que, finalmente, se adjudicaron en noviembre por 484.324,28 euros a EJOC2004 S.L., la segunda empresa clasificada en el procedimiento del que se retiró la oferta ganadora.

Toda vez formalizada la relación entre Consistorio y empresa, las labores de rehabilitación en el antiguo Club Marte comenzaron en diciembre de 2023, sin embargo, tras “un pequeño parón”, según apuntan fuentes municipales, las obras se reanudaron en febrero, mes desde el que se ha estado trabajando de manera continua.

 

El objetivo es reabrir las puertas de este espacio cultural viñero “previsiblemente después del verano”, apuntan desde el Consistorio. Un plazo ajustadísimo al marcado en el contrato de adjudicación donde se señala que el plazo de ejecución de los trabajos será de “ocho meses”.

El proyecto para el Baluarte del Orejón

Ocho meses en los que se proyecta “la rehabilitación del conjunto reformando y adaptando los espacios libres interiores y reformando y sustituyendo los volúmenes edificados”. Es decir, y de forma más concreta, se busca la recuperación de los espacios abovedados de interés histórico y artístico con los que contaba el edificio que ha estado hasta hace poco en uso, el adecentamiento de los patios y la demolición hasta los cimientos del edificio que no se utilizaba y construir otro de una sola planta pero que en su cubierta tendrá una terraza acristalada a la que se accederá por una escalera exterior situada en el patio alto del Baluarte del Orejón.

Así, el dibujo final contempla, en realidad, un solo edificio que se distribuirá desde un vestíbulo de entrada a dos naves diáfanas, una situada a la izquierda (la que ya fue rehabilitada) y otra al frente (la de nueva construcción). Cada una de estas naves se coronará al fondo con uno de los espacios abovedados preexistentes. Además, se incluirá un núcleo de aseos, también un trastero con pileta, en la charnela entre ambas y la posibilidad de acceder al patio desde cualquiera de esos dos espacios.

Eso sí, en el edificio de nueva construcción se prevé una mayor conexión con el espacio al aire libre a través de un cerramiento horadado constituido por un paño con diez huecos de puertas dobles que permitirán hacer uso del espacio exterior en plena interconexión con el interior.

El patio, por su parte, seguirá contando con las dos alturas que lo caracterizan pero el rasante superior se llevará a su cota histórica y la diferencia de nivel que sigue existiendo entre ambos será salvada por una rampa, haciendo del patio un lugar mucho más accesible que antes.

Un proyecto integral que sí busca mantener el muro de separación entre la fortificación y el colegio de Santa Teresa, con el que colinda. De hecho, como actualmente se puede comprobar, la parte baja del muro no se ha tocado, aunque sí ha desaparecido el lienzo superior en el que desde hace un par de años lucía una obra del artista urbano Digo Diego. Un mural de vivos colores que se podía avistar desde la misma playa de La Caleta.

Y es que apenas hay rastro de lo que hubo en el Baluarte del Orejón, aunque sí queda esperanza, la de revivir el próximo otoño.

Los Amigos de Quiñones volverán al espacio

Aunque el pliego de licitación de la segunda fase de rehabilitación del Baluarte del Orejón como espacio cultural queda recogido que dicha utilización será “de pública concurrencia, tanto para los espacios interiores como para los exteriores”, desde el Ayuntamiento de Cádiz no se alberga duda de que la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones, quien ha habitado este espacio desde su reforma en 2015, regresará al llamado Espacio Quiñones toda vez que concluyan las obras.

Una decisión que no impide que, si el espacio generado es lo suficientemente amplio, se dé cabida a otras actividades de otros colectivos, barajan fuentes municipales que valoran como “lógica” la decisión de “no separar la actividad de Quiñones de su lugar, junto a La Caleta y frente a la estatua” del escritor.

  • Diario de Cádiz
Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

#LaConstrucciónEsParteDeLaSolución

#LaConstrucciónEsParteDeLaSolución

Noticias Artículos relacionados

X