Almería: La construcción vaticina un frenazo masivo ante la falta de materiales por la huelga de transportes

Almería: La construcción vaticina un frenazo masivo ante la falta de materiales por la huelga de transportes

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  • El paro indefinido de los transportistas y la subida energética dejan a las empresas sin poder avanzar, sobre todo, en proyectos en las primeras fases

La inquietud se ha instalado en el sector de la construcción. Es el último ámbito que se ha visto afectado por la ‘tormenta perfecta’ que asola el panorama nacional como consecuencia de la invasión de Ucrania, la subida de la energía y el parón de los transportistas. Ya lo alertó el pasado viernes la patronal de las empresas constructoras andaluzas: si el Gobierno no tomaba medidas urgentemente el sector entraría en problemas serios.

Y así está sucediendo, a tenor de la información recabada por la Agrupación Provincial de Contratistas de Obras de Asempal. Su presidente, Juan Lorenzo Jiménez, explica a este periódico que prácticamente la mitad delas obras que están en curso en la provincia se han visto obligadas a detener de algún modo su actividad. El resto está sufriendo retrasos importantes debido, principalmente, a los problemas que hay de distribución de materiales. Una situación que «no es nueva», recuerda, pero que se ha agravado notablemente. «El paro del transporte ha sido la gota que ha colmado el vaso», expresa en referencia a una crisis que comenzó a fraguarse con la subida del precio de lo materiales (provocada por el incremento del coste de la electricidad).

El representante de los contratistas de obra almerienses manifiesta su temor acerca del futuro más inmediato de un sector del que dependen en torno a 12.000 empleos en la provincia. Confía en que la reunión entre el Gobierno central y los representantes de los transportistas venga a poner fin a la situación ya que, de lo contrario, se deberían adoptar medidas «que nadie quiere», como recurrir a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) o, en el peor de los casos, a despidos.

Según explica, la problemática afecta, ante todo, a las obras que están en fases más iniciales, esto es, en proceso de cimentación y estructura, ante el déficit de un producto tan básico como necesario, el hormigón. «Las fábricas han parado y no llega a las obras así que no se puede seguir trabajando», detalla Jiménez.

A la imposibilidad de recibir la mezcla se añade, además, el encarecimiento de materiales como el hierro y el acero, que se venden a precios desorbitados con motivo del incremento del precio de la electricidad. Esta semana se ha dado a conocer en el índice Anifer –que regula el precio de la tonelada del acero corrugado que se usa para las obras– y ha subido un 40% en tan solo un mes; algo que, a juicio de profesionales del sector, es insostenible para cualquier empresa.

La dinámica de este mercado es la de siempre. La subida de la luz está siendo tan implacable que muchas fábricas han preferido cerrar una temporada hasta que la tormenta escampe. Eso ha provocado que se produzca poco y cada vez más caro.

Alejandro Martínez, del Grupo Albaida espera que las soluciones no tarden en llegar aunque ya vaticina que hay materiales, como el acero, «que no va a volver a los precios de antes». Al jefe de contratación de esta constructora almeriense le ha pillado todo este sinfín de dificultades con 12 obras en ejecución en la provincia de Almería, teniendo que parar ocho de ellas, es decir, el 66%.

La situación está «complicada tirando para muy mal», resume con franqueza. Señala que la semana pasada pudieron «mover algo» con transporte propio, pero que ya se les ha hecho todo cuesta arriba.

No solo no pueden hacer acopio de material, sino que además les están devolviendo lo que ya habían comprado antes a precios previos al encarecimiento general. Todo un «festival», según ironiza, que repercutirá negativamente en el cumplimiento de los plazos de entrega. Sobre todo en los contratos suscritos con administraciones públicas.

Por esta situación, Albaida, como tantas otras, se ha visto obligada a recolocar a algunos de sus trabajadores para evitar que estén parados. A los que no los han podido reubicar en las obras que siguen en marcha, la solución ha sido darles vacaciones; días pendientes o aceptar peticiones adelantadas para librar este periodo de dificultades.

Luego ya se verá, pues nadie sabe bien cómo evolucionará un problema que conllevará en el peor de los escenarios un encarecimiento importante de las viviendas, lo que puede hacer que caiga la demanda y, por ende, se resienta su construcción.

  • Ideal
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#LaConstrucciónEsParteDeLaSolución

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