- No se trata de una coincidencia fortuita, ya que ambas infraestructuras discurren por el corredor que se prevé con mayor demanda, a través de los cascos urbanos de los tres municipios beneficiados
Mientras en Granada se debate sobre por dónde debería discurrir el metro de Granada en su próxima expansión, las obras de ampliación sur avanzan entre Armilla, Churriana y Las Gabias. Los plazos estimados por la consejería de Fomento de la Junta de Andalucía señalan el horizonte del primer trimestre de 2026 para ver circular el metro hasta Las Gabias.
Las obras afectan a estos tres municipios y son visibles por todos sus vecinos a diario hasta que se completen unos trabajos que van a conectar la zona sur del Área Metropolitana con la capital mucho más rápido. Las obras han cruzado ya el ecuador. Según datos de la consejería de Fomento, el tramo 1, entre Armilla y Churriana de la Vega, que se inició en diciembre de 2023, sobrepasa el 50% de ejecución. El trayecto dos, entre Churriana y Las Gabias, supera el 42% y se comenzó más tarde, en abril de 2024. Se prevé que ambos se concluyan a principios de 2026, entre otras cuestiones porque el recorrido por el municipio gabirro tiene menos complicación que el churrianero, argumentan desde la Junta.
Además de transformar la movilidad de la zona, estas obras también han permitido sacar a la luz restos del patrimonio de Granada. En los trabajos de la prolongación sur del metro de Granada han aparecido las vías del antiguo tranvía de Granada a Churriana de la Vega y Gabia la Grande. Los restos de esta antigua vía se han encontrado en la carretera de Alhama, en la intersección con la calle Santa Lucía, por donde el tranvía histórico se adentraba en el municipio churrianero.
Un trazado heredado
Desde la Agencia de Obra Pública de la Consejería de Fomento señalan que el trazado antiguo coincide con el trazado actual, un hecho que no es fortuito, ya que al analizar el recorrido más eficiente los técnicos coincidieron en señalar que el tranvía de la Vega ofrecía la línea más lógica. «Ambas infraestructuras, el tranvía histórico y la futura línea de metro, discurren por el corredor que se prevé con mayor demanda, a través de los cascos urbanos de los municipios beneficiados», apuntan.
De hecho, entre los planes de la Consejería de Fomento se incluye una parada término en la antigua Estación de Tranvías de Las Gabias, coincidiendo también con el tranvía histórico y que aporta ese guiño al pasado más reciente en cuanto a movilidad en Granada y su Vega se refiere.
Armilla, Churriana de la Vega y Las Gabias estuvieron también enlazadas entre sí por el tranvía. De hecho, casi todos los pueblos de la zona metropolitana granadina quedaron conectados durante las tres primeras décadas del siglo XX. A las líneas básicas locales (Plaza Nueva, Paseo de la Bomba, Fábrica del Gas y Santa Juliana) se añadieron la de Plaza Nueva-Realejo-Alhambra (1909), la de Gran Vía (1913); y toda la red suburbana: Puente Monachil-Cájar (1909), Armilla-Gabia (1912), Maracena-Atarfe (1913), Santa Fe (1914), Pinos Puente (1919), Chauchina-Fuente Vaqueros (1928) y Alhendín-Padul-Dúrcal (1926).
De esta forma, se consiguió la integración comarcal, en unos momentos en los que la explotación azucarera de la Vega exigía, para sobrevivir, una inevitable mejora del transporte y en la que no quedó excluida más que la zona norte del Cinturón, en dirección hacia Peligros, Pulianas, Cogollos y Alfacar, según explica Gregorio Núñez Romero-Balmas en su libro ‘Raíles en la ciudad’.
El sistema de conexión por tranvía quedó inutilizado definitivamente en 1974, hace más de 50 años, aunque a esta zona donde ahora se proyecta la ampliación sur del metro lo hizo en el 71. Un Día de los Enamorados realizó su último viaje a través de la línea 3, Granada-Santa Fe-Fuente Vaqueros.
A partir de entonces fue el tráfico rodado el principal método de conexión entre municipios del Área Metropolitana y hacia la capital. Esto obligó a habilitar y reformar las calles para permitir el paso de coches y autobuses. Tal fue el cambio que incluso dejó de ser visible la acequia en la Calle Real de Motril (carretera Bailén-Motril) en Armilla, arteria principal del municipio. En la actualidad esta está bajo tierra y los coches circulan por la carretera mientras las aceras y las jardineras separan las viviendas de la calzada.
La línea partía de Gabia la Grande, cruzaba Churriana y llegaba a Armilla, antes de poner rumbo a la capital. Desde la localidad armillera existía una conexión en línea recta con Dúrcal. Entre estas tres localidades metropolitanas ahora vuelve a emerger este trazado antiguo del tranvía, como ha recordado Francisco de Paula Ariza a través de su perfil de ‘X’ Granada Old Pics, en el que suele compartir imágenes de Granada y su provincia cargadas de historia.
Tiempos ‘modernos’
‘Los tranvías de la Vega de Granada’, de Agustín Castillo Vergara, relata cómo en 1963 la renuncia de la compañía a las concesiones urbanas y la concesión del Ayuntamiento de Granada a Rober para la implantación de autobuses dieron un paso definitivo para el cambio y la transformación de la movilidad en Granada. En ese momento mantiene las líneas del tranvía interurbanas, pero apuesta también por autocares para las escasas nuevas concesiones, lo que da pistas evidentes de que el final del tranvía está cada vez más cerca. La falta de inversiones para introducir mejoras acabó por condenarlo.
En 1969, el déficit superaba los seis millones de pesetas y en 1973 la pavimentación de la entonces avenida de Calvo Sotelo mermó las posibilidades de mantener el trazado urbano de las líneas que aún se explotaban con algunos pueblos del cinturón. El 14 de febrero de 1974 se realizó el último viaje. Ahora el metro, mucho más moderno, pretende recuperar la memoria de este tranvía de la Vega a la vez que mejorar la movilidad de los vecinos de esta zona del Cinturón granadino.
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