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Se necesita acelerar un 60% la construcción y llevarla a un ritmo no visto desde 2008 para empezar a aliviar la vivienda

  • Lo advierte la patronal de la construcción, que sostiene además que faltan unos 700.000 trabajadores para levantar nuevas casas e infraestructuras.

 

La crisis de escasez de oferta que atraviesa al sector inmobiliario en nuestro país, y que ha provocado que se encadenen récords de precios, se ha vuelto tan profunda que para empezar a darle algún “alivio” habría que acelerar el actual ritmo de construcción hasta niveles no vistos desde 2008.

Lo advierte la Confederación Nacional de la Construcción (CNC): se requieren un mínimo de 220.000 viviendas anuales sólo “para empezar a aliviar los problemas” del mercado inmobiliario, aquejado de un déficit de casas que empezó a fraguarse en la década pasada.

 

La cifra supone todo un desafío. Alcanzarla implicaría aumentar en un 60% el actual ritmo de construcción, de acuerdo con los datos más recientes del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, que cifra en 136.187 las nuevas viviendas iniciadas en 2024, entre libres y protegidas.

De hecho, hay que remontarse a 2008 para encontrar una velocidad semejante a la que calcula la CNC que es necesaria. Aquel año se iniciaron 328.490 viviendas y, desde entonces, no ha vuelto a rozarse la barrera de las 200.000.

 

Es un primer elemento que permite calificar de hercúlea la tarea que plantea la patronal de la construcción, que lo ve imprescindible para alcanzar “la velocidad de crucero de 150.000 viviendas al año en el medio plazo”, pero no el único.

Porque si se mira la evolución reciente de edificación, se observa que en realidad 2024 ha sido uno de los mejores años, al aumentar en un 23,4% interanual, frente al incremento de solo el 0,3% un año antes o la caída del 3,7% en 2022.

En realidad, e incluso contando los altibajos, el ritmo anual de inicio de nuevas viviendas ha rondado las 100.000 desde que gobierna Pedro Sánchez.

Así las cosas, las 220.000 viviendas anuales que plantea la CNC suponen toda una carrera contra el tiempo que se entiende por la magnitud del desfase de la vivienda en nuestro paísfaltan entre 400.000 y 450.000 casas para dar respuesta a la demanda, admite el Gobierno.

El último plan de Moncloa para atajar la crisis es apostar por la construcción de vivienda protegida, a la que quiere dar impulso a través del Plan de Vivienda 2026-2030, que triplicará sus fondos con respecto a la actual hoja de ruta en este ámbito.

El Gobierno quiere reunir 7.000 millones de euros, el 40% aportados por las comunidades autónomas; el 40% de esa cantidad se destinará a aumentar la oferta de vivienda protegida.

Faltan 700.000 trabajadores

El plan es, a priori, bendecido por la patronal de la construcción, pero con recados. Hay que poner atención a la “falta de coordinación” entre las administraciones, ya sea entre los ministerios o Gobierno, comunidades autónomas y ayuntamientos, pero también a una falta de mano de obra que es ya “alarmante”.

Faltan 700.000 nuevos trabajadores de la construcción, aseguran. Para vivienda pero también “para asumir los compromisos de España” en materia de infraestructuras contenidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

¿Cómo lograrlos? La patronal propone un proyecto piloto para regularizar inmigrantes y atraer trabajadores del exterior. Se postula además para darles formación e impulsar convenios de doble nacionalidad a través de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC).

“También serviría para luchar contra la economía sumergida y para reforzar la Seguridad Social”, defiende la CNC. Las recetas no acaban aquí.

“Urge” desbloquear la Ley de Suelo, afirma, porque este impasse frena en seco la aprobación de cientos de planes urbanísticos, la reducción de la burocracia y la liberalización de suelo para construir vivienda.