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Córdoba. Aguilar de la Frontera: Las obras del nuevo teatro de Aguilar de la Frontera vuelven a salir a concurso público con el mismo presupuesto

 

  • La licitación, por 2,6 millones de euros, quedó desierta en el mes de enero

 

La Diputación de Córdoba acaba de sacar a concurso público, por segunda vez, las obras para construir el esperado teatro de Aguilar de la Frontera, con un presupuesto de salida de 2.669.542 euros. El primer proceso de licitación quedó desierto en enero, ya que ninguna empresa se interesó por los trabajos. Pese a ello, en este segundo intento se mantiene la partida económica pues, según un informe del Servicio de Contratación de la institución provincial, “una vez analizados los precios de proyecto se concluye que los mismos se acomodan a los del mercado actual y, por lo tanto, no se requiere la redefinición del objeto del contrato”.

El proyecto, que ya ha superado su engorroso trámite burocrático, incluido el visto bueno de Cultura al desarrollarse en el ámbito de un Bien de Interés Cultural (BIC), vuelve a la casilla de salida.

El teatro de Aguilar de la Frontera es uno de los proyectos más costosos proyectados en el conjunto de la provincia de Córdoba en el presente mandato. Pero ni este abultado presupuesto animó a las empresas a completar el concurso público, algo bastante habitual en los últimos tiempos debido a las oscilaciones de los precios. Solo una, Constructora San José, completó parte del procedimiento. Y, pese a que cumplimentó correctamente la documentación administrativa y cumplía con los requisitos para hacerse cargo de las obra, optó por guardar silencio cuando la Administración le pidió que formalizara una oferta.

Junto a la iglesia de la Veracruz, declarada Bien de Interés Cultural

En febrero del año pasado, la Comisión Provincial de Patrimonio de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte daba el visto bueno a la obra, situada al sur de la iglesia de la Veracruz, Monumento histórico-artístico de carácter nacional y Bien de Interés Cultural. Con una superficie construida total de casi 2.000 metros cuadrados, el futuro teatro se distribuirá en semisótano, planta baja y planta primera.

La propuesta parte de la demolición del edificio existente, que era una antigua residencia de ancianos. Tiene una superficie de 1.328,59 metros cuadrados y presenta fachada a las calles Ancha y Altozano. El proyecto incluye la mejora de las medianeras resultantes tras dicha demolición. No está incluido el cuerpo adosado a la iglesia de la Veracruz, cuya rehabilitación se abordará en otro proyecto.

El objetivo es la construcción de un teatro con 367 plazas, con los espacios principales y accesorios propios de este uso; como uso complementario, se instalarán las dependencias de la Escuela de Música Municipal. El nuevo edificio aprovechará el desnivel de una planta existente entre las calles Ancha y Altozano, separado del monumento con los elementos de mayor volumen en el lado sur de la parcela y la caja escénica en la zona central.

La Capilla del Rosario queda exenta

El acceso principal se realiza desde la calle Ancha, con un primer espacio libre abierto a fachada que deja exenta la Capilla del Rosario y un gran patio de amortiguación respecto al monumento, al que abre el vestíbulo principal del edificio y podrían celebrarse representaciones y actos al aire libre. Desde este vestíbulo en doble altura, con dos escaleras y ascensor como elementos de comunicación vertical, se accede en planta baja al nivel superior del auditorio, dispuesto en graderío, así como al bar y dos salas de música y núcleo de aseos con almacén.

En la planta primera, el volumen del auditorio incorpora un pequeño anfiteatro, sala de control y almacén, junto con la zona de dirección. Desde el vestíbulo también se accede al nivel inferior del auditorio en planta semisótano, donde también se ubican la zona de servicios del teatro como vestuarios, aseos, almacenes o talleres, con acceso directo desde calle Altozano. Las comunicaciones verticales se completan con la escalera de la caja escénica.

El edificio se articula con volúmenes simples, rematados con cubiertas planas o tejados protegidos con antepecho. Las fachadas se resuelven con un basamento de piedra, de tonalidad similar a la existente en la iglesia y acabado enfoscado en color blanco. Los huecos se ocultan tras una celosía de pilarillos verticales para mantener una imagen compacta. Las instalaciones se ubicarán en un sector de la azotea, protegida visualmente por un cerramiento lateral y una pérgola se composición similar a las celosías de fachada.