Estas actuaciones permitirán aumentar la capacidad y seguridad de una línea estratégica que conecta el principal puerto del sur de Europa con el gran nodo logístico del valle del Ebro. El objetivo: facilitar el paso de semirremolques por tren y reducir así la dependencia del transporte por carretera, con el consiguiente descenso de emisiones contaminantes.
Cuatro puntos clave en el trazado andaluz
Las obras, que aún están pendientes de licitación, afectarán a los puntos kilométricos 70/863, 92/993, 147/300 y 161/400 de la línea Bobadilla–Algeciras.
En total, se verán implicados 3.388 metros cuadrados de ocupación temporal en suelo rural, de los cuales 3.201 se encuentran en Castellar y 187 en Benaoján.
Los trabajos aún por licitar se ejecutarán en la línea Bobadilla-Algeciras, a su paso por Castellar de la Frontera y Benaoján
Los trabajos previstos incluyen la retirada de tuberías de abastecimiento, demolición de estructuras de drenaje, construcción de nuevas cunetas y bajantes, y elevación mediante gateo de los tableros existentes para adecuar el gálibo (altura libre) a las dimensiones que requieren los trenes que transportan camiones completos.
La Dirección General del Sector Ferroviario ha abierto ya el periodo de información pública y convocado a los propietarios afectados para el levantamiento de las actas previas a la ocupación, que se celebrará el próximo 2 de diciembre.
Una inversión de más de 500 millones para transformar el transporte
Estas intervenciones se enmarcan dentro del ambicioso plan de inversiones de más de 500 millones de euros que Transportes, a través de Adif, está desarrollando para hacer realidad la Autopista Ferroviaria entre Algeciras y Zaragoza.
El Ministerio ejecuta un ambicioso plan de inversión dotado con más de 500 millones de euros para poner en marcha los servicios de AF entre Algeciras-Zaragoza, que incluye adaptar 182 estructuras a las dimensiones requeridas por los semirremolques
El proyecto incluye la adaptación de 182 estructuras —entre túneles, puentes y pasos superiores— a lo largo del recorrido que une el puerto de la Bahía de Algeciras con la terminal logística de Zaragoza Plaza, una infraestructura considerada esencial para la conexión entre Europa y Marruecos a través del Corredor Mediterráneo y el Corredor Atlántico.
Ya están en marcha las obras de ampliación del gálibo en 26 túneles y 40 pasos superiores situados entre San Fernando de Henares (Madrid) y Zaragoza, mientras que los trabajos del tramo sur —entre Algeciras y Madrid— ya se encuentran contratados.
Más capacidad, más eficiencia y menos emisiones
El plan contempla también la ampliación de vías hasta los 750 metros en 17 estaciones, lo que permitirá mejorar la eficiencia y competitividad de los trenes de mercancías, y la renovación de la vía y plataforma en un tramo de 7 kilómetros en la ladera de Almargen (Málaga).
Además, se implantará el sistema de Bloqueo Automático Banalizado (BAB) entre Guadalajara y Calatayud, que permitirá circular trenes en ambos sentidos por las dos vías, incrementando la capacidad y fiabilidad de la red.
Según las previsiones del Ministerio, la autopista ferroviaria permitirá en su primera fase dos circulaciones diarias por sentido, cifra que se ampliará a tres trenes diarios un año después del inicio del servicio.
A ellos se sumarán trenes con origen o destino Huelva, Sevilla y Canarias, hasta alcanzar 12.000 kilómetros recorridos diarios y el transporte de unos 360 camiones por ferrocarril cada día.
Eso se traduce en 360.000 kilómetros menos de circulación por carretera, una reducción significativa de emisiones y de congestión en las principales rutas del sur peninsular.
Un impulso a la logística verde en España
La Autopista Ferroviaria Algeciras–Zaragoza es uno de los proyectos más simbólicos dentro de la estrategia nacional para reducir la huella de carbono del transporte, al tiempo que refuerza la competitividad del sistema logístico español.
Además de su papel en la descarbonización del transporte de mercancías, esta conexión se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, en concreto el ODS 9 (infraestructuras sostenibles y de calidad) y el ODS 13 (acción por el clima).